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Las que hemos estado en aula sabemos lo difícil que es mantener la atención del alumnado, sobre todo en esta época en la que todos (adultos incluidos) estamos atendiendo a un Eclipse de la Atención, como publica Amador Fernández-Savater.
Muchas veces nos cuesta mantener la atención de nuestros estudiantes durante una explicación en el aula, por breve que sea. Esto ocurre especialmente cuando se trata de alumnado adolescente. Por un lado, solemos pensar que lo que les estamos contando «les tiene que interesar porque conocer la vida de Goya o resolver ecuaciones de segundo grado es súper interesante» (¿realmente lo es? ). Y por otro, solemos subestimar el tiempo que dedicamos a las explicaciones magistrales. En realidad, dedicamos gran parte de la sesión a hablar nosotras.
¿Cuánto tiempo creéis que un estudiante de 2023 es capaz de atender simplemente porque sí?
Como no es nuestro objetivo adentrarnos en discusiones infinitas sobre si «antes sí que atendíamos», «está generación está echada a perder» o «así no se puede dar clase», queremos traeros algunas ideas prácticas para llevar a cabo en las aulas de cualquier nivel educativo. Porque lo cierto es que, sea como fuere, esta es la generación que está ahora mismo en nuestras aulas y tienen derecho a recibir la mejor educación posible.
Nosotras ya hemos probado estas técnicas. ¿Os animáis?
Lo que viene a continuación es un resumen, adaptación y contextualización de algunas técnicas del libro Teach like a Champion de Doug Lemov.
1. Preguntas frías
¿Cómo se lleva a cabo?
Haz una pregunta
Espera unos segundos para que los estudiantes tengan tiempo a pensar (no se permiten las manos levantadas en este tiempo)
Nombra a un estudiante para que responda
¿Quieres verlo en acción?
Echa un ojo a estos dos vídeos.
Aunque nos gustaría enormemente poder usar vídeos que muestren el uso de estas técnicas en nuestro contexto, lamentablemente no es posible porque no existen. Sabemos que son vídeos de otros contextos, pero creemos que su uso es ampliamente beneficioso. Isa y Lara.
Es muy importante tener esto en cuenta:
Hay que agradecer y celebrar el error. Esta estrategia tiene que generar un buen clima de aula. Si en tu clase el alumnado tiene miedo de responder, esta técnica solo servirá para frustrarlos y generarles más temor.
Es una estrategia para mantener la atención, no es una estrategia disciplinaria. No la usamos para «castigar» a quien está despistado o no sabe.
Hay que usarla de forma sistemática para que sea eficaz.
Esta técnica es especialmente efectiva cuando se genera una «andamiaje»: empezamos por una pregunta sencilla y vamos progresando hacia preguntas más complejas.
¿Qué beneficios le encontramos?
Te permite verificar la comprensión de tus estudiantes de forma estratégica: puedes escoger a quién quieres preguntar y así verificar que «los que están más atrasados» lo han comprendido y «los que están más adelantados» son capaces de responder a las preguntas más complejas.
Te ayuda a mostrar que te importa que todos estén aprendiendo y la opinión de todos ellos, no solamente de los que siempre levantan la mano.
2. Esperar y ser paciente
¿Cómo se lleva a cabo?
Se trata de esperar unos segundos entre que has hecho una pregunta y «permites» que los estudiantes respondan.
«Estoy esperando por más manos levantadas»
«Necesito al menos 6 manos levantadas»
«Os voy a dar tiempo para que todos penséis en la respuesta, ya que es un poco complicada»
«Me encanta ver que hay gente pensando y os voy a dar unos segundos para seguir»
«Permitiré las respuestas en 10 segundos»
¿Quieres verlo en acción?
¿Qué beneficios le encontramos?
Muchas veces no damos tiempo al alumnado a que piense en la respuesta. Imagínate que estás en una formación del profesorado hablando sobre metacognición y de repente la formadora te dice: «¿qué opinas sobre la metacognición?» y acto seguido empieza a dar su opinión. ¿Realmente te ha dejado pensar? ¿Te ha dado un espacio de calidad para que tu memoria de trabajo se active?
3. Todo el mundo escribe
¿Cómo se lleva a cabo?
Haz una pregunta
Dales tiempo para que escriban la respuesta
Pregunta a ciertos estudiantes la respuesta
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Algunos consejos
Puedes usar frases disparadoras como:
«Quiero que hagáis una lluvia de ideas sobre qué significa la fotosíntesis»
«Quiero que escribáis tres frases que lleven adverbios»
«Sé que sois capaces de resolver esta operación»
¿Qué beneficios le encontramos?
Te permite observar previamente sus respuestas si circulas por la clase
Puedes usar pizarras individuales para ver de un vistazo las respuestas de todos tus estudiantes.
Te permite hacer preguntas frías de forma más natural porque les has dado tiempo para que escriban
Ayuda a los estudiantes a procesar mejor sus ideas y a mejorar su escritura. ¡¡Los estudiantes recuerdan mejor si escriben!!
4. Hablamos con el/la compañero/a
¿Cómo se lleva a cabo?
Se trata de hacer una pregunta y dar un tiempo determinado para que los estudiantes conversen sobre la respuesta con sus compañeros de al lado.
«Tenéis 20 segundos para hablar con el compañero de al lado sobre la respuesta a esta pregunta, después, pediré que alguien me la responda»
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¿Qué beneficios le encontramos?
Mejora la profundidad de su aprendizaje porque (1) me lo está explicando un compañero y/o (2) estoy explicándoselo a un compañero y esto me ayuda a estructurar mejor la respuesta.
Al elaborarla respuesta entre dos personas, el alumnado tiene menos miedo a cometer errores ya que se siente acompañado.
5. Llamada-Respuesta
¿Cómo llevarlo a cabo?
Consiste en hacer una pregunta o un llamamiento y toda la clase te responde al unísono. Es especialmente útil en Educación Infantil y Educación Primaria.
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¿Qué beneficios tiene?
Esta técnica te puede ayudar a:
Revisar la comprensión del alumnado y mejorarla: pide a uno de tus estudiantes que responda una pregunta (correctamente) y después haz que todos la repitan. Les ayuda a centrarse y a fijar la respuesta.
Energía divertida en la clase: esta estrategia es energética y activa. Úsalo como un momento de descargar energía, en el que todas nos sentimos parte del grupo.
Pedir o mantener el silencio en clase para dar una instrucción rápida.
Tipos de Llamada-Respuesta
Repetir: los estudiantes repiten algo que es común en el aula. Por ejemplo:
«¿Quiénes somos? [la clase de 6º A]».
«¿Cuando sumamos fracciones de distinto denominador lo primero que hacemos es? [sacar mcm]».
Enseñar: los estudiantes muestran la solución a algo que han hecho o a una pregunta que se les ha hecho a la vez. «Contestamos todos a la de una, dos, tres».
Reforzar: uno de tus estudiantes responde una pregunta (correctamente) y después todos la repiten.
Revisar: haz preguntas para revisar la información que se ha trabajado al principio de la clase: «como dijimos al principio, ¿quién era Goya? [un pintor], «¿y por qué se fue a Francia? [por la guerra]». Este tipo funciona mejor si previamente has remarcado muy claramente cuál es la respuesta correcta.
Formas de inicia esta técnica
Cuenta atrás: 3, 2, 1, ¡ahora!
Usar una palabra para que sepan que quieres que contesten todos juntos: «clase», «equipo», «todos juntos».
Gesto no verbal: usar las manos como si fueses una directora de orquesta.
Un cambio en el tono: subimos o bajamos el tono a la vez que hacemos la pregunta.
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